viernes, 14 de octubre de 2011

La novena legión da para mucho

Se estrenó la película “La legión del águila”, basada en el libro cuyo título es el mismo pero al revés: “El águila de la Novena legión”, de Rosemary Sutcliff. Yo no la he visto todavía, pero he leído el libro e investigado un poco y ahí va el resultado de mis pesquisas.

La Novena Hispana, con sus efectivos dedicados por entero a asolar la isla de Britania al igual que los de las otras legiones que acompañaron a Claudio durante la invasión de la isla en el año 43 ( la II Augusta, la XIV Gémina y la XX Valeria Victrix), desapareció del mapa en el año 117 entre las brumas de las tierras de Escocia y ya nunca regresó. Al menos eso nos dice la leyenda...

La verdad suele ser más prosaica aunque no por ello restemos mérito a los aguerridos combatientes que entregaron sus vidas defendiendo causas nobilísimas y lejanísimas. Empecemos por el principio:
La legión es creada por Pompeyo a mediados del siglo I a. C., posiblemente el sobrenombre de “Hispana” se lo ganase venciendo a los cántabros (campañas del 25 al 13 a. C.) y se desconoce su estandarte. El famoso Julio César fue su primer mando, lo que explica que se mantuviera fiel a él durante la Guerra Civil que le enfrentó a Pompeyo mientras decía su famosa frase “alea iacta est” al cruzar un arroyuelo llamado Rubicón. Por cierto que para aquel entonces César ya figuraba en las listas del RAI-ASNEF de aquella época, el angelito. En la Guerra de la Galias participó activamente, de principio a fin, y tras la victoria final en África (Cleopatra ablandaría su corazón) les licenció. Corría el año 46 a. C.
Más tarde, Octavio les llamó a filas de nuevo para luchar contra otro Pompeyo y tras derrotarle la destinaron a Macedonia. En la batalla de Actium contra la coalición Marco Antonio- Cleopatra se erigió victoriosa.
Claudio invade Britania en el año 43 y ahí está la novena. La leyenda dice que ésta y no otra fue la legión que se encargó de violar a las hijas de la reina Boudica y que por ello la maldijo y la condenó a desaparecer en la isla y no volver a ver jamás su tierra. Tal vez fuera cierto o no, pero no participó en la batalla final de Watling Street que significó la derrota de la reina porque ésta ya la había diezmado ante los muros de Londinium, dejándola con tan pocos efectivos que tuvieron que trasladar tropas para reforzarla.
Mucho más tarde, en el año 120, la legión, acuartelada en York, cuyo fuerte habían construido entre los años 108 y 109 es reemplazada por la Legio VI Victrix. Durante el reinado de Marco Aurelio (161-180) ya no es mencionada, lo que puede deberse a haber sido derrotada y masacrada, licenciada o deshonrada. Los diversos hallazgos nos hablan de haber estado acuartelada en Oriente posteriormente, y es más que probable que al abandonar Britania fuera a ocupar el puesto de la sexta en Holanda hasta el año 131. Se baraja la posibilidad de haber sido aniquilada durante las revueltas de los judíos, en concreto la que lideró Simon ben Kosiba del 132 al 136.Sin embargo, en el siglo XIX, excavaciones en la antigua Calleva Atrebatum (Silchester) descubren en sus calles un águila romana a la que le faltan las alas, que no pertenece a ningún estandarte de ninguna legión según se ha averiguado y que puede contemplarse en el Reading Museum.

El estandarte de una legión es el objeto más preciado que posee, y no puede ser perdido bajo ningún concepto bajo deshonra y amenaza de que su memoria será borrada, circunstancia que alimenta la leyenda: ¿cómo llegó un águila rota hasta allí? Las modernas excavaciones, iniciadas en 1997, aseguran haber hallado evidencias de la destrucción de la ciudad a manos de Boudica, que ya se había enfrentado a ella. Tal vez la legión sí se perdiera entre la bruma, tras el muro de Adriano y fuera masacrada obteniendo ese trofeo las tribus que más tarde se verían acosadas por los sajones. Calleva fue despoblada hacia el siglo VI, cuando los nuevos invasores ya dominaban casi todo el sur de la isla. ¿Es posible que el águila fuese parte del botín capturado a alguna de las tribus del norte y llevado a su ciudad? Lo que es muy cierto es que el muro de Antonio Pío fue construido entre los años 117 y 118 tal vez en respuesta a la desaparición de la novena y en prevención de ataques pictos. Me inclino a pensar que las maldiciones no hay que tomarlas a la ligera.

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